domingo, 29 de marzo de 2020

Cuento Coronavirúsico

Buenos días!

Comparto por este medio el cuento que escribí en estos días como modo de elaborar y ayudar, cada uno en lo que pueda, con esta pandemia.

Espero que lo disfruten y lo compartan!
También serán bien recibidos sus comentarios!!!


Cuento coronasivúrico

Allá muy lejos, a la distancia, en un mundo lejano, y no se sabe muy bien cómo ni porqué una coronita muy pequeña empezó a encontrarse entre los seres humanos.
Algunos dicen que un buen día -bah, no tan buen día-  un señor muy hambriento se sentó a comer una serpiente. Tenía muuucha hambre, y se la comió así, sin más. En ese país mucha gente las comía. Pero, cosa muy curiosa, adentro de esa serpiente había un murcielaguito, que el señor no se comió, por más que en ese país era frecuente que la gente los comiera. ¡Si, comían murciélagos! ¡Mira que hay bichos para comer! Pero en ese país vivían millones de personas. Y comiendo un poco de todo, todos podían comer algo. Pero la cosa era simple –o no tan simple, según como se lo quiera ver- : esa serpiente se había comido a ese murciélago (porque así funcionan las cosas en la naturaleza).
Y come quetecome la serpiente … ¡gluc! ¡El señor… se comió una pequeña coronita que venía adentro!
Otros cuentan que a esa coronita la llevaron unos deportistas que fueron de otro mundo a ese mismo mundo (al del señor que se comió la serpiente) y que se la dejaron no sé si de regalo, o se les cayó del bolsillo o vaya a saber por qué la coronita quedó de ese lado de ese mundo. Porque la verdad que esa coronita no era ningún regalo.
No era de esas coronas de rey, que antes tenían unos pocos señores. ¡Nada que ver! Esta pequeña coronita (porque era tan pequeña que no se podía ver a simple vista. O sea, era invisible a los ojos diría El Principito, que muy lejos estaba de ser un Rey, para mí que era más pariente de estas coronitas que otra cosa.). Decía que esa coronita tenía una doble misión: enfermarnos y curarnos. Si, así de raro es el mundo. ¡Nada es solo de un modo u otro siempre, a veces las cosas vienen así de contradictorias!
- Hay Jezuz!, hubiera dicho mi abuela que era española, muy católica y decía la s como zeta.
¿Curarnos? ¿De qué? Curarnos de que muchos tuvieran corona en el mundo, y enfermarnos con una fiebre alta, tos.
¡y una cosa muuuy curiosa! Nosotros, les niñes, que somos los que hacemos más fiebre siempre entre los humanos, y los que más nos enfermamos –porque tenemos que hacer defensas me explica mi mamá- íbamos a ser quienes menos fiebre tengamos. Íbamos a ser quienes lleváramos coronas, pero no las sufrimos, por así decirlo.  Esas coronitas a los niños no les hacen daño, es como una gripe chiquita. Eso está bueno, porque a algunos chicos les gusta disfrazarse de princesas o reyes. A otros no. No tienen porque querer ser esos personajes; pueden también jugar con coronas por otras razones, pero a los que les gusta…. ¡A jugar! Pero con la imaginación, porque si las coronitas se les pegan en la cabeza pueden pasarse a las de un abuelo al que la coronita le de fiebre.




Todo esto es así de confuso, y cuesta mucho de entender, porque bueno, viste, el mundo nos da sorpresas, sorpresas te da la vida. Y la verdad, es que por muchos muchos días, los grandes y los chicos y chicas estuvimos todos muuuy confundidos, sin entender xq después que hacía tanto que no había más que unos pocos reyes en el mundo venía a querer jorobarnos ahora una pequeña coronita con ganas de multiplicarse y hacernos a todos un poco reyes, un poco enfermos, un poco….. Bueno, porque lo que no les conté aun es que, para que esa coronita no nos enferme a todos, ¡tuvimos que quedarnos cada uno en sus casas! ¡Si! ¡Adentro!
¡Hasta tal punto que los países más poderosos fueron los que más coronas tenían! ¡Muchas coronas, y ningún rey!
No todas las personas reaccionaron del mismo modo frente a estas coronitas que se iban multiplicando, y saltaban muuuy fácilmente de persona en persona a otra. Porque todo empezó en ese mundo, que era un mundo muy poderoso y muy lejano, de esos que están taaan lejos que creés que pasó en otro planeta y que acá no va a pasar. Pero en otros países también llegó, y los reyes de algunos de los más poderosos no quisieron saber nada. ¡Porque creyeron que de tan poderosos que eran nada les iba a pasar! Y también porque hay reyes a los que no les importa su gente, solo les importa SU corona.
Acerquemos el zoom, ¡veo muuy a lo lejos en el espacio!
¡Si, si, ahí veo mejor!
¡Veo un rey sin corona! ¡Con cara de trompo! ¡No la quiere! ¡Se aleja! ¡La rechaza!
¡Otro con cara de bolsa, un poco más cerca!
¡No quieren enterarse de que allí esta! Es lo que se llama un rey muy necio, ¡de los que no quieren enterarse de las cosas!!! ¿Alguna vez les paso? A mí me ha pasado algunas veces, pero si sos rey, y tenés que cuidar a tu pueblo de pequeñas coronitas que andan por ahí queriendo entrar a tus ciudadanos… mmmm.
¡Me dijeron que hay un reino que tiene un himno que habla de coronas! ¡Dice algo así como “Coronados de gloria morir…y lo repiten! Pero ahí hay un rey que está mandando a todos a sus casas, para que las coronitas no se suban a las cabezas de todos. No sé, no sé… están todos diciendo demasiadas cosas…
Pero bueno, volviendo a lo nuestro, he aquí que el mundo se transformó en una espacie de Reino del Revés. Mucho más rápido de lo que les pueda contar, las coronitas llegaron a mi país. Pero por suerte en este país son muchos los que nos cuidan, y no veo reyes por ningún lado. Y curiosamente, casi todos dejamos de correr. Esa fue una parte buena de la historia, porque por fin dejaron de tironearme de un lado para el otro, que la escuela, que inglés, que el taller de músicapinturateatronatacion… aunque los extraño un poco porque me gustaba hacerlos. Pero bueno, empezamos a ver cómo nos la arreglábamos adentro de casa, con suerte, los que podíamos, nos íbamos al patio, al jardín o a la terraza.  Irina, mi prima, se puso a jugar con sus playmóviles (ella los llama “vidas”) que estaban en una ciudad en la que todo el mundo estaba adentro porque llovía.  Sofía, mi primasegunda subió a su terraza y se puso a preparar brebajes con sus plantas porque esas coronitas no parecían nada nada buenas. ¡Si no nos dejaban salir a la calle para que no nos saltaran encima por algo seria! Pero al mismo tiempo nos decían que los niños podíamos usar la coronita sin riesgo, pero que no podíamos salir igual… en fin ¡qué difícil que es entender todo estoooooooo!!!
Los científicos del mundo empezaron a pensar cómo hacer una vacuna contar esta coronita, de que coronita no tenía mucho, ¡porque sumada era una verdadera CORONAZA! Una coronaa muy CORONUDA!
Esa coronaza también había hecho que algunas personas murieran. Y todo eso que estaba en ese mundo tan lejano empezó a pasar por aquí. Y no es lo mismo ver las cosas de cerca que de lejos, se los aseguro. Pero bueno, nosotros podemos usar coronitas sin riesgo, pero no tenemos que usarlas, porque las personas muy mayores (como mis abuelos) pueden enfermar. O sea que, ahora nosotros tenemos que cuidarnos para cuidar a nuestros abuelos. ¡Esto es el reino del revés! Pero bueno, no es taaan así, porque a nosotros nos cuidan los grandes para que, estando cuidados, cuidemos todos juntos a los abuelos.
Y así, sin quererlo, descubrimos algo hermoso: entre todos se puede hacer una gran corona, o varias grandes coronas, sogas, de las que nos unen para encontrarnos y cuidarnos. Y que esas coronitas nos invitan a jugar a que hacemos una gran ronda y cuando podamos agarrarnos todos juntos las manos vamos a bailar de la felicidad por estar juntos de nuevo.  Y que a todos nos puede pasar eso que nadie imagino nunca: que se nos venga a posar una coronita que nos venga a complicar las vidas, una coronita que hasta puede sacarle la vida a los que usan la corona de verdad y que para esa coronita todos somos más o menos iguales, y que no todos sabemos o nos enseñaron a cuidarnos y... ¿qué más habremos aprendido?
La verdad es que el final de este cuento yo no lo sé, porque miro y miro y aún no sabemos cómo va a seguir … creo que lo que les cuento está pasando ahora mismo, y es un cuento raro, porque si está pasando aun no puede ser cuento… pero podemos imaginar cómo sigue, como queremos que siga. ¿Me ayudas?


4 comentarios:

  1. Muy valioso y generoso tu trabajo, ayudaremos a difundirlo. Un abrazo.

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  2. Escuchamos tu el cuento narrado y nos resultó maravilloso!! Lo difundiremos desde nuestra página de Face de educadores "La Corriente Educativa". Gracias por compartirlo.

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  3. que interesante manera de ficcionalizar la terrible realidad!! admiro esa capacidad! gracias ana bloj

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